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Mediterráneo

Con un llamamiento por ‘una sola orilla’, el Comité Mediterráneo de la IS se reúne en Barcelona

05-06 de octubre de 2009

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Con la visión de ‘una sola orilla’ para el Mediterráneo, miembros del Comité de la IS para esa región se reunieron en Barcelona los días 5 y 6 de octubre, para avanzar discusiones sobre una serie de materias que afectan al Mediterráneo, bajo los dos temas principales de “Por un nuevo impulso a las políticas de cooperación e integración en el Mediterráneo: el compromiso del socialismo democrático” y “Construyendo un futuro común de inclusión, democracia y paz en la región”.
 
Contando con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como anfitrión, y presidido por Elena Valenciano, Secretaria de Política Internacional y Cooperación, Presidenta del Comité, el encuentro escuchó en su apertura una intervención del Presidente de la Generalitat de Catalunya (gobierno de Cataluña) José Montilla, y en su clausura la del Alcalde de Barcelona, Jordi Herreu.
 
Al abrir la reunión, el Secretario General de la IS Luis Ayala, quien había llegado esa mañana directamente desde Atenas, expresó la alegría de toda la Internacional Socialista ante la victoria en Grecia del Presidente de la IS George Papandreou y PASOK, la cual, expresó, era una victoria para todos nosotros. La social democracia estaba respondiendo a las esperanzas y aspiraciones de la gente, y la IS estaba a la altura de los desafíos que todos enfrentamos. En las recientes reuniones en Nueva York habíamos definido nuestra posición sobre los temas claves de la crisis económica global y el cambio climático, y aquí en Barcelona estábamos demostrando que las preocupaciones del Mediterráneo eran parte de nuestra identidad. Estábamos comprometidos, manifestó, a traer de vuelta a la política, con energía, determinación y solidaridad.
 
En su calidad de Presidenta del Comité, Elena Valenciano extendió una cálida bienvenida a todos los participantes, diciendo que era difícil encontrar un lugar más propicio que esta ciudad para realizar nuestra reunión, al ser ésta un espacio dinámico, abierto, tolerante y multicultural, que reflejaba verdaderamente el carácter de la región y que había sido designado unánimemente como la sede permanente del Secretariado de la Unión para el Mediterráneo. Socialistas del Mediterráneo vivían todos en la misma orilla, unidos por el mismo mar, y nuestro ideal era que todos en esa orilla deberían compartir las mismas condiciones de vida, de desarrollo y de igualdad y que en un futuro no lejano todos hablaran con una sola voz. Conscientes de la enormidad de esta tarea, debido a las complejas circunstancias que afectaban a la región, ella expresó que nosotros los socialistas estábamos resueltos en nuestra determinación de superar los problemas y cumplir nuestras ambiciones.
 
Al dar la bienvenida a todos a Cataluña, José Montilla, como Presidente de la Generalitat, expresó su agradecimiento por haber elegido a Barcelona como sede de esta reunión en la cual los participantes compartirían reflexiones y debatirán sobre los cruciales temas regionales. Era importante debatir qué tipo de Mediterráneo deseábamos y cómo construir una verdadera coexistencia entre sus habitantes y un futuro de paz entre sus Estados. En este mundo globalizado, dijo, que ha estado sufriendo profundos cambios, los valores y las políticas sociales de la Internacional Socialista han adquirido mayor relevancia. El se sentía muy orgulloso de que Barcelona hubiera sido elegida como sede de la Unión del Mediterráneo, ya que es una verdadera ciudad mediterránea que cree firmemente en un Mediterráneo que es social, económico y culturalmente unido.
 
Durante los dos días, participantes de Albania, Andorra, Chipre, España, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Malta, Montenegro, Marruecos, Palestina, Sahara Occidental, San Marino, Suecia, Túnez, Turquía y el PSE (Lista de Participantes), debatieron una amplia gama de temas, en particular cómo inyectar un nuevo impulso a las políticas de cooperación e integración y sobre las cuestiones claves de democracia y paz en la región, prestando una particular atención a las situaciones nacionales en países del Mediterráneo.
 
Uno de los problemas más flagrantes que enfrenta la región es el de conflictos, y el Comité reafirmó su determinación de hacer todo esfuerzo posible para contribuir a sus soluciones. El conflicto israelo-palestino era de principal preocupación y los participantes hicieron un llamamiento a hojas de ruta más cortas, no inacabables, y sobre todo, rutas que se recorran plenamente para que el objetivo final pueda ser alcanzado. El Comité se sintió alentado por el diálogo que se desarrolla entre las dos comunidades en Chipre, el que acogió con satisfacción y apoyo, y por los resultados de las primeras reuniones con respecto al Sahara Occidental entre la ONU y las partes involucradas.
 
Los déficits de democracia en algunos países de la región fueron abordados y se manifestó una particular preocupación por la situación en Albania donde la democracia necesitaba ser reafirmada y las demandas en relación con las violaciones e irregularidades de las elecciones del 28 de junio debían ser reconocidas. La importancia de la buena gobernanza y de combatir la corrupción política fue subrayada, como quedó establecido en el documento adoptado por el Comité, “No hay mejor camino hacia el desarrollo y el progreso que la responsabilidad democrática…Los ciudadanos y las ciudadanas merecen el respeto y la consideración de sus gobernantes. No hay nada más antidemocrático que el gobernante sin sentido del ridículo que se considera superior a su pueblo, por encima de la democracia y de sus instituciones, incluso de las reglas más elementales de la dignidad”.
 
La sesión de clausura recibió la intervención de Jordi Herreu, Alcalde de Barcelona, una ciudad que ha contado con un gobierno socialista por más de treinta años. El destacó la importancia de los valores de cooperación, solidaridad y apertura, que eran todos ellos valores típicos de Barcelona y su gente. Como sede de la nueva Unión para el Mediterráneo, la ciudad miraba hacia el futuro con esperanzas, esperando ser agentes activos en la construcción del mundo en el que todos deseamos vivir.
 
La Declaración adoptada al fin de la reunión hace destacar este espíritu y la visión de los socialistas en el Mediterráneo, que a pesar de que hay una orilla norte y una orilla sur, para los socialistas hay una sola orilla, la de la justicia, la de la igualdad, la de la libertad, la del pluralismo, la de la democracia y la del respeto – una única orilla de la paz.
 
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