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Paz, Democracia y Derechos Humanos

Perspectiva de los Conflictos y Aseguramiento de la Paz

Presentado por el Secretario General de la Internacional Socialista al Comité sobre la Paz, la Democracia y los Derechos Humanos

Junio de 2001

1. En el año de su 50 aniversario, la Internacional Socialista sigue siendo una organización que se caracteriza por su compromiso por resolver los conflictos armados y asegurar una paz duradera dentro de límites nacionales tanto como en el ámbito internacional. La violencia destruye vidas humanas y socava el potencial para el desarrollo económico y el avance social. Como ya pusimos de relieve en la Declaración de Principios de la Internacional Socialista de 1989, la paz es un valor humano fundamental y una condición necesaria para el progreso en toda sociedad.

1.1 La Internacional Socialista considera asimismo que la democracia y el respeto a los derechos humanos son imprescindibles para lograr y mantener la paz. Esta ha sido y sigue siendo una de las características fundamentales de nuestra identidad socialdemócrata. Por ejemplo, estuvimos en la vanguardia en plantear la necesidad de que para conseguir la paz en Centroamérica y Sudáfrica era necesario promover la democracia, como lo volvimos a hacer posteriormente en los Balcanes.

Reconocemos asimismo que para asegurar una paz duradera en esos países así como también en otros, es necesario fomentar instituciones democráticas, fortalecer la defensa de los derechos humanos y promover una cultura de paz, sobre todo entre la juventud. Esto adquiere un matiz especialmente importante en países gobernados hasta hace poco por regímenes autoritarios, puesto que la democracia todavía no es lo suficientemente fuerte para resistir las tensiones y presiones de la globalización.

1.2 El reforzamiento de la democracia y del Estado de derecho trae consigo una distensión que contribuye a evitar que estallen conflictos o que se difundan una vez iniciados. Lo que nuestra Internacional ha experimentado, y una serie de artículos doctos demuestran, es que es mucho menos probable que un Estado democrático actúe con violencia contra otras naciones y mucho más probable que mantenga una paz relativa dentro de sus propias fronteras, que un Estado no democrático.

1.3 La democracia es asimismo fundamental para evitar y resolver conflictos en los que entran en juego diferencias étnicas, raciales o culturales, puesto que el Estado democrático es capaz de garantizar los derechos de las minorías. La Internacional Socialista rechaza la noción de que esas diferencias desembocan en una violencia de carácter endémico y que por tanto esa clase de conflictos no tiene solución. Cuando las diferencias étnicas son un factor, las partes que intervienen en el conflicto a menudo lo manipulan para sacar el mejor partido desde el punto de vista militar o político, explotando los temores del ciudadano y el recuerdo de conflictos pasados.

Esto hace resaltar todavía más el hecho de que la preservación de los derechos de las minorías es fundamental en la promoción de la paz. Como se estipuló en la Declaración de Principios de la Internacional Socialista de 1951, "La democracia implica un gobierno temporalmente legitimado por la mayoría, siempre que se respeten los derechos humanos fundamentales de las minorías... Hay principios que nunca pueden ser revocados por decisión mayoritaria, particularmente el respeto a los derechos humanos, el pluralismo y la tolerancia". Y como más tarde estipulamos en el XIX Congreso de la Internacional celebrado en Berlín en 1992, "Los derechos de las minorías representan un principio fundamental de las sociedades democráticas y libres. Su protección constituye uno de los principios básicos de los derechos humanos".

1.4 Los conflictos, sobre todo cuando las diferencias étnicas, religiosas o culturales entran en juego, sólo pueden ser resueltos por medio del diálogo y la negociación respaldados por acuerdos que aseguren para todos la democracia política y la defensa de los derechos humanos dentro del Estado de derecho. Este puede ser un proceso prolongado, con numerosos puntos altos y bajos, crisis cíclicas y complicaciones imprevisibles, como hemos visto en el Oriente Medio, en Africa y en otros lugares. Pero también hemos aprendido que con perseverancia, determinación y paciencia en los momentos más difíciles, la comprensión puede triunfar sobre el odio, la coexistencia suplantar a la segregación, para llegar a una resolución pacífica de cualquier conflicto.

1.5 Debido a la creciente complejidad de la guerra y los conflictos desde el fin de la Guerra Fría, la tarea de prevenir y evitar el comienzo de las hostilidades, así como el manejo de crisis incipientes se ha convertido en un reto más difícil de superar. No obstante, la Internacional Socialista es ahora un movimiento de ámbito verdaderamente mundial, con partidos miembros cuya influencia crece y comités regionales en cada continente, cada día más activos.

Gracias a ello la Internacional hace las veces de un sistema de alerta temprana en vista de que nuestros partidos aportan informes detallados sobre posibles amenazas a la paz en todas partes del mundo —incluyendo el deterioro económico y social y las fallas de gobernabilidad— a nuestros comités y a nuestro Consejo. Estos a su vez canalizan esa información, alertando al mundo y a los órganos internacionales competentes de manera oportuna.

Nuestra Internacional sigue siendo un foro para el diálogo -en los ámbitos nacional, regional e internacional, tanto formal como informalmente- para contribuir a la distensión de una situación seria, antes de que se agrave o que quede fuera de control. También estamos en situación de llevar a cabo misiones e iniciativas concretas de otra índole que subrayan nuestro carácter solidario con aquéllos en búsqueda de la paz.

2. En nuestro afán por asegurar la paz, debemos siempre intentar formular y perfeccionar marcos que sirvan para comprender la naturaleza del conflicto en el mundo cambiante de hoy en día. Todos los conflictos deben ser considerados por separado, puesto que cada uno tiene sus raíces en una confluencia única de factores y causas subyacentes. No obstante, los diversos conflictos presentan ciertas características similares, en particular los que han surgido en la última década, pudiendo discernirse ciertas pautas y tendencias.

2.1 Tomando como punto de partida nuestra experiencia y los informes de nuestros partidos miembros y comités, como también los análisis y estudios de organizaciones no gubernamentales, instituciones académicas y órganos internacionales que monitorean los conflictos armados, es evidente que la tendencia más importante desde el fin de la Guerra Fría es el aumento en el número de conflictos intraestatales —muchos de ellos vinculados a tensiones de carácter étnico, religioso y cultural— junto con una disminución simultánea en el número de conflictos interestatales.

2.2 Los conflictos interestatales comprenden, por ejemplo, la invasión de Kuwait por Irak en 1990 y la guerra entre Irak e Irán entre 1980 y 1988. Estas guerras de gran envergadura últimamente son más bien la excepción, en vista de que los conflictos interestatales tienden a manifestarse en la actualidad en pequeñas guerras y refriegas fronterizas.

2.3 Los conflictos intraestatales, por su parte, vienen proliferando desde los años 1980, y hoy en día representan el 90 por ciento de los conflictos en el mundo. Estos conflictos son más complejos, ya que las causas son más diversas y a menudo coinciden en parte. Según ciertos estudios, casi la mitad de los conflictos intraestatales se ven exacerbados por diferencias de carácter étnico, religioso y cultural, que a su vez se ven a menudo agravadas por medidas represivas que adoptan los regímenes no democráticos.

Otros conflictos intraestatales tienen un carácter esencialmente político-militar y adoptan la forma de guerra civil; tienen como finalidad el poder, o bien un cambio de régimen. Esos conflictos estallan debido a la excesiva corrupción del gobierno, el descarrilamiento de la transición a la democracia, una profunda crisis social y económica, o una combinación de cualquiera de estos factores. Las diferencias étnicas pueden también contribuir a esas causas, si bien como factor secundario.

Al mismo tiempo, los conflictos intraestatales pueden desbordarse, cruzar fronteras y provocar conflictos interestatales que coinciden en parte con la disputa interna, agravando la complejidad de la situación, creando conflictos múltiples en algunos países y obstaculizando la paz.

2.4 Como ya hemos afirmado en numerosas ocasiones, incluyendo el XX Congreso de la Internacional celebrado en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en 1996, reconocemos y apoyamos plenamente la labor de la ONU en su papel de principal promotora y mantenedora de la paz en el mundo. Asimismo, apoyamos el papel que desempeñan sus organizaciones regionales y subregionales en tales esfuerzos.

Reconocemos a la vez que los conflictos intraestatales plantean un reto especialmente difícil a las organizaciones internacionales. La ONU y demás organizaciones están obligadas a respetar la soberanía y el principio de no interferencia en los asuntos internos de un Estado. Sin embargo, hay conflictos intraestatales que conducen a la violación sistemática de los derechos humanos, incluso a la limpieza étnica y al genocidio, siendo las principales víctimas grupos minoritarios y la población civil en general, y mujeres y niños en particular. No es fácil para una organización internacional encontrar el justo equilibrio entre el respeto a la soberanía y la necesidad de intervenir. No obstante, no se debe permitir a los regímenes no democráticos empuñar el escudo de la no intervención porque el deber moral de amparar y proteger a los débiles no debe quedar supeditado al respeto del principio de soberanía.

3. Por otro lado, los conflictos pueden también clasificarse de acuerdo a su intensidad. Varias instituciones académicas y otras dedicadas a la investigación han formulado diversos métodos. Uno de los más útiles es el creado por el Programa Interdisciplinario de Investigación sobre las Causas que Originan las Violaciones a los Derechos Humanos (PIOOM) de la universidad de Leiden, Países Bajos. El PIOOM, cuyo estudio es de alcance mundial, clasifica los conflictos interestatales e intraestatales en una de las siguientes categorías:

Alta intensidad: se define como combate organizado entre agrupaciones o países que desemboca en matanzas masivas — más de 1.000 muertos al año — y el desplazamiento de una parte substancial de la población.

Baja intensidad: se caracteriza por la lucha armada entre facciones, insurgencia antigubernamental y/o represión estatal, con un número anual de muertos entre 100 y 1.000.

PIOOM emplea también una tercera categoría:

Conflictos políticos violentos: alude a situaciones en las cuáles el Gobierno y/o agrupaciones emplean la violencia con fines políticos sin que ésta registre la magnitud que caracteriza a los conflictos de baja intensidad, arrojando un saldo de menos de un centenar de muertes al año.

3.1 A continuación aparece un breve resumen de conflictos que están ocurriendo en el mundo en la actualidad, agrupados por región. Está basado en el último estudio llevado a cabo por el PIOOM que llega hasta mediados del 2000, estudios y evaluaciones de otros entes entre los que destaca un informe reciente de UNICEF sobre el impacto del conflicto en los niños en varias partes del mundo, diversas fuentes mediáticas e informes presentados por los partidos miembros de la IS. Esta reseña no debe considerarse categórica ni exhaustiva en absoluto; está más bien pensada para ofrecer un marco que sirva a nuestra Internacional a monitorear, actualizar, analizar y reaccionar con efectividad a situaciones de conflicto.

4. Africa:

4.1 El único conflicto puramente interestatal ocurrido en el continente africano en años recientes ha sido la guerra de 1998—2000 entre Etiopía y Eritrea cuya causa se encuentra en disputas económicas y fronterizas. Fue un conflicto de alta intensidad en el que decenas de miles de soldados perecieron con anterioridad a la firma de un alto al fuego en 2000 que todavía continúa relativamente frágil.

4.2 Además, hay varios países africanos afectados por conflictos intraestatales, cuyas bajas a menudo pertenecen a la población civil, y varias subregiones en las que el conflicto intraestatal ha trascendido los límites nacionales y/o provocado la intervención de países vecinos.

Uno de los casos más complejos es el de la región de los Grandes Lagos, en dónde soldados de la República Democrática del Congo, 60.000 en número aproximadamente, con el apoyo de 20.000 soldados de Zimbabwe, Angola y Namibia luchan contra 30.000 soldados de Rwanda, 6.000 de Uganda y decenas de miles de insurgentes apoyados por Rwanda y Uganda en un conflicto de alta intensidad en el que se calcula que han perdido la vida tres millones de personas, la mayoría perteneciente a la población civil. Se han firmado acuerdos, formulado cronogramas y establecido una misión de observadores de la ONU, pero todavía no se ha puesto en pie un mecanismo para imponer la paz.

4.3 En Africa Occidental también ha habido una coincidencia parcial de conflictos intraestatales e interestatales, con conflictos internos primero en Liberia, luego en Sierra Leona con la intervención de Liberia, que han sembrado el terror en la población civil y cruzado la frontera hacia el país vecino de Guinea, que ahora se ve envuelto en una creciente guerra fronteriza con Liberia y guerrilleros de Sierra Leona apoyados por Liberia. La ONU ha impuesto sanciones contra este país y estacionado tropas en Sierra Leona para mantener la paz, aunque el alto el fuego concertado en Sierra Leona todavía no se ha consolidado.

4.4 Los conflictos intraestatales que adoptan la forma de guerra civil continúan en varios países africanos. En Angola, por ejemplo, hay un conflicto iniciado varias décadas atrás de carácter político-militar principalmente, con la cuestión étnica como factor secundario. Sigue siendo un conflicto de alta intensidad en vista de que una serie de acuerdos de paz patrocinados por la comunidad internacional no han prosperado.

La guerra civil de alta intensidad que se libra en Burundi tiene sus orígenes en la mutua animadversión entre la minoría tutsi a la que pertenece el partido gobernante y la mayoría hutu. El país vecino de Rwanda presenta la misma configuración étnica; allí los extremistas hutu cometieron masacres de la población tutsi en el genocidio de 1994 del que Ruanda todavía no se ha repuesto.

En casi dos décadas desde que se desató la guerra civil en Sudán, el Ejército Popular de Liberación de Sudán sigue luchando por una mayor autonomía de la población en su mayor parte animista y cristiana del sur, frente al Gobierno islámico de Jartum en el norte. Este conflicto de alta intensidad ha causado la muerte de unos dos millones de personas y el desplazamiento de cuatro millones. Se han llevado a cabo una serie de diálogos para la paz patrocinados por Estados africanos, con pocos resultados.

4.5 El conflicto de alta intensidad en Argelia, en el que insurgentes islámicos intentan derrocar un régimen que cuenta con el apoyo del ejército y se enfrentan con la dura represión que ejercen las fuerzas de seguridad del Gobierno, ha costado 100.000 vidas aproximadamente en nueve años. La situación se ha visto agravada recientemente por las violentas protestas registradas en la región bereber del país, cosa que ha ocasionado enérgicas medidas por parte del Gobierno.

En Somalia el primer Gobierno central desde hace una década lucha por la legitimidad y por ejercer su autoridad en medio de una grave contienda entre facciones en una sociedad muy fragmentada, lo que da lugar a la preocupante posibilidad de que el país sufra una nueva desintegración y retorne a la anarquía y la violencia de alta intensidad que caracterizaron el comienzo de los años 90.

En cuanto a Marruecos y el Sahara Occidental, el cese de hostilidades mediado por la ONU en 1991 se mantiene, aunque las perspectivas de que se realice el plebiscito sobre la autodeterminación patrocinado por la ONU son inciertas.

4.6 Son numerosos los conflictos de baja intensidad que ocurren en África, demasiado numerosos para abordarlos con detenimiento en esta ocasión. En varios de ellos intervienen movimientos separatistas en países que presentan divisiones étnicas. Nigeria, por ejemplo, tiende a ser un campo de batallas en esta clase de disputas; sin embargo, el periodo de transición a la democracia que está atravesando este país presenta las mejores posibilidades desde hace décadas para establecer una paz relativa entre los diversos grupos que integran la compleja sociedad nigeriana.

4.7 Hay asimismo numerosos puntos en Africa en los que se evidencian conflictos políticos, si bien no han atravesado el umbral ya que no han llegado a estallar y convertirse en un conflicto de baja intensidad. No obstante, un país en el que la violencia está escalando con rapidez es Zimbabwe, en donde aliados armados del Gobierno siguen atacando granjas, negocios y a cualquiera que sospechen de apoyar a la oposición política.

5. Asia y el Pacífico:

5.1 El conflicto violento que predomina en Asia y el Pacífico es de carácter intraestatal. Ciertos países, en particular India e Indonesia, se ven afectados por conflictos múltiples, tanto de baja como de alta intensidad, que a menudo tienen que ver con diferencias étnicas y religiosas.

5.2 India ha demostrado ser capaz de contener esa violencia gracias al relativo vigor de sus instituciones democráticas. Las excepciones son Jamu y Cachemira, el único estado del país con una mayoría musulmana, en donde la mayoría de las agrupaciones guerrilleras -poco menos de una docena en número- que luchan contra el gobierno de la India recientemente rechazaron un alto el fuego. Más de 30.000 personas han perdido la vida desde que estalló este conflicto de alta intensidad en 1990.

El conflicto Jamu—Cachemira se ve agravado porque según se alega Pakistán presta apoyo a los separatistas islámicos, exacerbando la enemistad interestatal entre India y Pakistán que adquiere un matiz especialmente peligroso en vista de que ambos países tienen armas nucleares. Pakistán, por su parte, que sigue bajo un gobierno autoritario, es presa de una serie de conflictos internos de carácter étnico y religioso.

5.3 Algunos tramos de la frontera entre India y Bangladesh continúan siendo objeto de disputas desde el establecimiento de esta nación en 1971. Hace poco la tensión culminó en la violencia en el estado de Assam de la India en donde la mayoría hindú ha reaccionado adversamente contra un gran movimiento migratorio de musulmanes de Bangladesh y un encuentro armado entre guardias fronterizos de ambos países arrojó un saldo de dieciséis soldados indios muertos. Los dos países, que por la mayor parte tienen relaciones cordiales, han establecido un comité a fin de evitar más actos de violencia y resolver la cuestión fronteriza.

5.4 Indonesia, por su parte, en donde el período de transición a la democracia sigue presentando indicios de ser extremadamente frágil tras una dictadura que duró décadas, muestra pocas señales de ser capaz de resolver los numerosos conflictos de carácter étnico que se manifiestan dentro de sus fronteras. El conflicto en Aceh, por ejemplo, que fermenta bajo la superficie desde hace tiempo, da muestras de poder convertirse en un conflicto de alta intensidad entre secesionistas y las fuerzas de seguridad del Estado, con víctimas mayormente entre la población civil. A su vez, el conflicto en Aceh está exacerbando la violencia étnica y separatista en otras partes de Indonesia como Borneo y la parte indonesa de la isla de Nueva Guinea.

5.5 Timor Oriental sigue su marcha hacia la plena independencia de Indonesia a finales de 2001. Sin embargo, unos 50.000 habitantes de Timor Oriental continúan en los campos que controlan las milicias vinculadas con el ejército indonesio en el territorio de Timor Occidental, y los milicianos siguen cruzando la frontera para atacar a las fuerzas que mantienen la paz en Timor Oriental y a la población civil.

5.6 Los conflictos intraestatales adoptan la forma de guerra civil en varios países, destacando el conflicto de alta intensidad de Sri Lanka en donde la guerrilla separatista tamil lucha desde hace casi dos décadas contra el Gobierno de este país en donde la mayoría de los habitantes son cingaleses. Unas 64.000 personas han perdido la vida en esta contienda que tiene un matiz étnico. Gracias a la reciente iniciativa emprendida por Noruega ambas partes han logrado un cierto acercamiento; sin embargo, hay una serie de asuntos que están bloqueando el diálogo por la paz, en particular la legalidad que demanda para sí la guerrilla tamil, tema que aún queda por resolver.

El conflicto civil de alta intensidad que se viene desarrollando en Afganistán desde hace tanto tiempo continúa entre el movimiento islámico radical talibán y la alianza opositora compuesta por uzbek, tajik y otros grupos étnicos en la región norte del país. El Gobierno talibán, que pertenece al grupo étnico pashtun, controla el 95 por ciento del territorio nacional y hace poco rechazó una propuesta de la ONU para un alto al fuego que facilitara la ayuda internacional para hacer frente a la crisis humanitaria fruto de la guerra y de la peor sequía desde hace tres décadas.

5.7 En Nepal, un movimiento insurgente maoísta parecido al Sendero Luminoso del Perú controla cinco distritos de los 75 en que está dividido el país y lleva a cabo operaciones en 50 distritos más. Los guerrilleros, cuyo número se estima en 5.000 y que pertenecen al Partido Comunista de Nepal, hasta la fecha han evitado la capital, Katmandú; el conflicto, desatado hace cinco años, ya es un conflicto de baja intensidad y se sigue agravando. La guerrilla ha declarado estar abierta al diálogo, pero se niega a negociar con el Gobierno actual, el sexto desde 1996, y demanda hablar con todas las agrupaciones políticas nepalesas.

En las Filipinas el grupo separatista islámico Abu Sayyaf continúa sus operaciones en la isla de Jolo, en donde atrae atención principalmente con el secuestro de extranjeros. El Gobierno filipino hace poco reanudó las operaciones militares contra esta agrupación, aunque ha emprendido el diálogo por la paz con otro grupo separatista islámico, el Frente de Liberación Islámico Moro.

En Papua Nueva Guinea las principales fuerzas combatientes en una guerra secesionista empezada hace una década, recientemente decidieron abandonar las armas en un proceso supervisado por la ONU, preparando el camino para negociaciones oficiales en la isla de Bougainville entre el Gobierno y los separatistas en torno a la cuestión de la autonomía. El conflicto ha arrojado un saldo de miles de muertos y todavía queda por superar un alto grado de desconfianza por ambas partes.

5.8 Hay varios países en la región en donde se observan conflictos políticos violentos que no han atravesado el umbral de intensidad baja. En Fiji por ejemplo, las relaciones entre la población autóctona y la de ascendencia india siguen muy tensas tras el violento golpe de estado del año pasado contra el gobierno de la alianza indo-fijiana. Muchos de los autores de crímenes violentos relacionados con el intento golpista no han sido llevados ante la justicia y las perspectivas para un retorno al Estado de derecho, democrático y constitucional son inciertas.

En Bangladesh, en los últimos cinco años las fuerzas opositoras han convocado huelgas nacionales que suman casi 90 días en total y que arrojan un saldo de cómo mínimo cincuenta muertos y centenares de heridos en actos violentos. Recientemente, la principal agrupación opositora declaró que no va a convocar huelgas en vísperas de los comicios generales que se celebrarán en octubre del 2001.

5.9 La tensión ha aumentado recientemente en la frontera entre Tailandia y Birmania. Desde hace años las escaramuzas entre las fuerzas del ejército birmano y las agrupaciones separatistas étnicas han cruzado la frontera y ahora hay noticias de que milicias étnicas que apoyan al gobierno birmano también cruzan la frontera para atacar a la población civil y a las fuerzas de seguridad tailandesas. La disputa se ve agravada por el hecho de que se trata de la región del Triángulo Dorado, que comprende Tailandia, Birmania y Laos y que es un importante centro productor de heroína.

6. Europa:

6.1 La región de los Balcanes ha sufrido una serie de conflictos de alta y baja intensidad a lo largo de la década pasada, conflictos que han afectado profundamente a cientos de miles de personas. En Bosnia y Kosovo la comunidad internacional ha impuesto un mínimo de estabilidad, pero la paz entre los diversos grupos étnicos depende de que se mantenga el apoyo internacional y de que la transición a la democracia en Serbia tenga éxito.

El conflicto ha estallado ahora en Macedonia, país en el que los insurgentes de origen albano se enfrentan contra unas fuerzas de seguridad de composición principalmente eslava. Las reivindicaciones de la minoría albana en Macedonia han exacerbado este conflicto que no obstante sigue siendo de baja intensidad; la habilidad del gobierno para abordar sus demandas de una forma democrática determinará en gran manera si se logra o no la paz.

6.2 En Rusia sigue habiendo una serie de situaciones conflictivas, siendo la más grave el conflicto de alta intensidad que se desarrolla en Chechenia, país mayoritariamente musulmán que declaró su independencia en 1991. Las fuerzas rusas se retiraron tras la guerra de 1994-1996 pero retornaron en 1999 para combatir la guerrilla chechenia en una lucha que ha costado la vida a tres mil soldados rusos y un sinnúmero de chechenios. El control ruso del territorio es incierto, ambos lados se muestran intransigentes, y la resolución pacífica parece lejana.

La violencia continúa manifestándose en Georgia de manera esporádica, si bien no es de gran magnitud. Últimamente los separatistas han llevado a cabo operaciones en Osetia del Sur, región secesionista próxima a Chechenia, que también busca la independencia de Rusia y cuya lucha a veces cruza la frontera georgiana.

6.3 Ante la presión nacional e internacional, los gobiernos de Armenia y Azerbaiján se han aproximado más a un acuerdo de paz que pondría fin al conflicto que estalló hace 13 años en torno a Nagorno Karabaj, enclave en Azerbaiján en el que la mayoría de la población es de origen armenio. Después de que 30.000 personas perdieran la vida, se firmó una tregua en 1994 que se ha mantenido a lo largo de una serie de negociaciones en las que han mediado los Estados Unidos, Francia y Rusia. Así y todo, cada año docenas de personas pierden la vida en refriegas fronterizas y el diálogo por la paz continúa débil.

6.4 En Irlanda del Norte reina una tregua precaria desde hace tres años, cuando el Ejército Republicano Irlandés (IRA) suspendió la lucha armada iniciada hace 30 años contra el gobierno británico. Pero el cese al fuego ha sido rechazado por el IRA Real, una agrupación que se escindió del IRA y ha seguido haciendo estallar bombas en Irlanda del Norte y recientemente en Londres.

En España, el grupo guerrillero separatista ETA se ha imputado la responsabilidad de más de treinta asesinatos llevados a cabo desde el cese del alto al fuego en diciembre de 1999 y ha renovado su reivindicación de un Estado autónomo en el norte de España y el suroeste de Francia. Las agrupaciones moderadas vascas han propuesto un diálogo de todos los partidos políticos, igual al que se lleva a cabo en el proceso de paz de Irlanda del Norte, a fin de acabar con la violencia.

7. América Latina y el Caribe:

7.1 El único conflicto de alta intensidad centrado en América Latina y el Caribe se desarrolla en Colombia. Se trata de una lucha intraestatal por el control territorial, político, social y económico del país en el que intervienen dos grupos guerrilleros de izquierda y una organización paramilitar de derecha que tiene vínculos con el ejército colombiano. Las víctimas pertenecen mayormente a la población civil. El conflicto se ve exacerbado por el hecho de que Colombia es un centro importante en la producción y transporte de narcóticos. El proceso de paz entre el Gobierno y las agrupaciones guerrilleras no ha prosperado y el conflicto muestra indicios de escalar todavía más y de trascender las fronteras nacionales.

7.2 En México el cese de las hostilidades en un conflicto de baja intensidad en el estado de Chiapas, en el que interviene una agrupación zapatista de indígenas, se mantiene desde 1994, si bien últimamente la tensión ha aumentado tras la suspensión de las negociaciones entre zapatistas y el Gobierno del presidente Vicente Fox. Ocurren enfrentamientos esporádicos entre grupos que apoyan a los zapatistas y las fuerzas de seguridad mexicanas en los estados vecinos de Guerrero y Oaxaca.

En Perú, lo que queda de la agrupación maoísta Sendero Luminoso sigue llevando a cabo de forma esporádica actos armados, si bien en un grado por debajo de lo que puede considerarse un conflicto de baja intensidad.

7.3 Un conflicto político violento que no llega a cruzar el umbral del conflicto de baja intensidad se observa asimismo en Haití, país en el que las instituciones son débiles o disfuncionales; en Guatemala y Ecuador, donde la situación de una extensa población indígena sigue siendo problemática; y en Guyana en donde las débiles instituciones democráticas se tienen que someter con frecuencia a pruebas de resistencia en una sociedad profundamente dividida entre una población que tiene sus raíces en la India y otra de origen africano.

7.4 El último conflicto interestatal registrado en Latinoamérica y el Caribe fue la breve guerra entre Perú y Ecuador en 1995 en torno a un tramo de frontera en la cuenca del Amazonas. Hay también disputas fronterizas de poca magnitud que fermentan debajo de la superficie entre Guatemala y Belice, entre Venezuela y Guyana y entre Nicaragua y Honduras, siendo ésta última la más reciente.

8. Oriente Medio:

8.1 El Oriente Medio sigue planteando uno de los retos más difíciles y complicados de los últimos 50 años. El reciente deterioro en las relaciones entre Israel y la Autoridad Palestina, que ha llevado a un nuevo grado de violencia, pone de relieve el carácter cíclico de este conflicto que gira en torno al dominio político, territorial y económico y se ve exacerbado por diferencias religiosas y culturales. La historia de años recientes indica que las negociaciones van a acabar por reanudarse, pero las perspectivas para asegurar una paz duradera siguen siendo más bien inciertas.

8.2 Al mismo tiempo, no es de esperar que haya una paz real y duradera en la región a menos que se pueda resolver la cuestión del pueblo kurdo, para lo cuál se necesita llevar a cabo una reforma democrática profunda de los gobiernos pertinentes a fin de contar con una base para lograr soluciones negociadas capaces de garantizar los derechos de la minoría kurda en todos los países que habita ese pueblo.

 

 



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