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América Latina y el Caribe

El Comité de la IS para América Latina y el Caribe se reunió en Colombia

07-08 de mayo de 2004

Con la participación de partidos miembros e invitados de la Internacional Socialista de la región Latinoamericana y del Caribe y otros se celebró la reunión del Comité de la IS para América Latina y el Caribe en Santa Marta, Colombia, los días 7 y 8 de mayo, contando con el Partido Liberal Colombiano como anfitrión.

El Comité centró sus discusiones en torno a tres temas principales: Superando los desafíos a la paz en la región; Buen gobierno y estabilidad democrática, y Políticas para impulsar un comercio justo, libre e integrador.

El Documento de Santa Marta, "Los Alcances y las Carencias de la Democracia", así como resoluciones sobre Colombia, Cuba, Uruguay y Venezuela, y una Moción de Reconocimiento al Presidente saliente del Comité, Raúl Alfonsín, fueron adoptados.

Rolando Araya, del Partido de Liberación Nacional de Costa Rica, fue electo Presidente del Comité, y José Murat del Partido Revolucionario Institucional de Mexico y María del Carmen Viñas del Partido Socialista de Argentina fueron electos Vicepresidentes.

Lista de Participantes

 


Documento de Santa Marta

"LOS ALCANCES Y LAS CARENCIAS DE LA DEMOCRACIA"

La Internacional Socialista ha sido solidaria en forma activa y efectiva con la causa de la recuperación democrática y los partidos políticos miembros del Comité de la IS para América Latina y el Caribe, SICLAC, fueron protagonistas centrales del proceso que culminó con la instalación de regímenes democráticos en América Latina y el Caribe.

En este sentido, es justo reconocer la importancia que tienen los logros alcanzados. Hoy, la mayoría de los hombres y mujeres que viven en este continente eligen sus autoridades en elecciones limpias y han visto significativos avances en el respeto a los derechos humanos.

Todo lo que se avanzó, no obstante, no debe impedir que los ciudadanos y ciudadanas puedan analizar con espíritu crítico el desarrollo de los distintos procesos democráticos, ya que es una característica exclusiva de la democracia, la de pensarse y corregirse a sí misma.

Si bien es verdad que la diferencia entre democracia formal y dictadura puede ser la diferencia entre la vida y la muerte violenta, también lo es que a la primera hay que adicionarle la búsqueda de la igualdad, y los derechos sociales y los humanos de segunda generación, que hacen a la dignidad del hombre y a la propia ciudadanía.

Estos principios han sido sostenidos siempre por la Internacional Socialista, y guardan una íntima relación con el creciente peligro de que la democracia pudiere ser considerada "irrelevante" y perder así su sustentabilidad.

El objetivo central de la democracia es la expansión de los diferentes aspectos de la ciudadanía, junto con la capacidad del Estado para resolver los conflictos de poder en la sociedad. La democracia requiere opciones genuinas y el poder para llevarlas a cabo, para evitar la creciente tendencia de la sociedad a distanciarse del sistema democrático.

La democracia requiere capacidad institucional y organizacional del Estado para implementar las decisiones tomadas por la mayoría. Ello implica que el acceso al poder del Estado sea sustantivo, es decir, que dentro de las fronteras nacionales no haya otra organización (formal o no) con un poder igual o superior al del Estado.

La relevancia de la democracia para los ciudadanos no se resuelve solamente perfeccionando los mecanismos de representación. Esto puede ser una condición necesaria, pero se requieren además nuevos caminos que nos acerquen a una democracia participativa, en la que las organizaciones sociales puedan expandir su papel en el proceso democrático.

Es cierto que se ha derrotado a las dictaduras militares de América Latina y el Caribe, pero es necesario permanecer alertas porque aún perduran actitudes autoritarias, expresadas a veces por ciertas autoridades nacionales o locales, y otras veces por factores de poder que se imponen o condicionan la voluntad soberana de los pueblos. Por otra parte, es necesario no perder de vista que el desarrollo democrático es inseparable del respeto y fortalecimiento del Estado de Derecho y del ordenamiento jurídico internacional.

Será necesario también resolver la triste paradoja que representa el hecho de que la mayoría de las naciones de la región, en plena vigencia de sus regímenes "democráticos", no sólo no han logrado reducir significativamente sus respectivos índices de pobreza o indigencia, sino que, más bien, se ha ampliado la brecha entre ricos y pobres, mientras la redistribución de la riqueza es cada vez más injusta.

No se trata, necesariamente, de falta de voluntad o de compromiso de cambio de los gobiernos o de los partidos políticos que actúan en cada una de las naciones latinoamericanas y del Caribe. El problema reside también en la incapacidad de los Estados para aplicar políticas eficaces que mejoren las condiciones sociales, y muy especialmente la de los que menos tienen. El problema es la capacidad de poder real de las democracias.

Relación entre reformas democráticas y reformas económicas

El discurso único que pretendió imponerse en América Latina y el Caribe sostenía que el crecimiento económico sólo podría alcanzarse mediante la aplicación de determinadas fórmulas económicas, y el papel que debían desempeñar los gobiernos de la región era debilitar la injerencia de la política y del Estado, incluso a la hora de instrumentar las políticas.

El Informe presentado recientemente por el PNUD presenta un balance de estas reformas económicas que demuestra que a pesar del enorme avance en materia electoral, y de que la mayoría de los gobiernos aplicaron las soluciones "sugeridas", el crecimiento del PBI fue mínimo, igual que la reducción de la pobreza, y en cambio, la desigualdad y la precariedad laboral aumentaron.

Los contenidos de este Informe resultan de gran interés para ilustrar el debate que los partidos políticos miembros de la SICLAC vienen promoviendo desde hace muchos años en sus respectivos países y en la región, con el objetivo de construir sociedades democráticas más libres y más igualitarias.

En América Latina se reconoce hoy el derecho al voto universal, sin restricción alguna de peso significativo. Pero las reformas estructurales de la economía tuvieron una aplicación sostenida. Como se denunció desde la SICLAC en reiteradas oportunidades, es evidente que la mayor parte de la región adoptó la dirección marcada desde lo que se llamó el "Consenso de Washington". El índice de reformas estructurales señala una aplicación sostenida de esas reformas, medido entre 0 y 1, que pasa de 0,57 en la década del 80, a 0,80 en la década del 90. Este índice se construye con cinco sub-índices, que son datos sobre "políticas de comercio internacional", "políticas impositivas", "políticas financieras", "privatizaciones", y "legislación laboral".

El promedio regional del PBI per capita no varió de manera significativa en los últimos 20 años. En 1980, mientras el índice de reformas estructurales era de 0,549, el PBI per capita se situaba en US$ 3.739. Veinte años más tarde, habiéndose adoptado considerablemente la aplicación de las reformas, el PBI per capita era de US$ 3.952, un avance irrelevante si se toman en cuenta los sacrificios que debieron hacerse.

Los niveles de pobreza experimentaron una leve disminución en términos relativos. En 1990 el porcentaje de pobres ponderado por tamaño de población representaba el 46 por ciento; en el 2001 ese porcentaje había descendido al 42,2 por ciento. Sin embargo, en términos absolutos, el número de habitantes que se situaba por debajo de la línea de pobreza aumentó. En 1990, 190 millones de Latinoamericanos eran pobres. En el 2001, cuando la población era de 496 millones de habitantes la cantidad de pobres ascendía a 209 millones.

No se redujeron los porcentajes de desigualdad, lo que se expresa en la relación entre los niveles superiores e inferiores de ingreso. En 1990 el 10 por ciento de la población latinoamericana de ingresos más elevados tenía 25,4 veces el ingreso del 10 por ciento de la población de menores ingresos. En 1997 esa relación se había incrementado a 26,4 veces más que el decil más pobre. En 2002 el 20 por ciento más rico de la población de la región recibía 54,24 por ciento de los ingresos, y el 20 por ciento más pobre sólo 4,71 por ciento. La región posee los niveles de desigualdad más altos del mundo en la distribución del ingreso.

Durante los últimos 15 años la situación laboral ha desmejorado en casi toda la región. El desempleo y la informalidad aumentaron significativamente. Además, cayó la protección social (salud, pensiones y sindicalización) de los trabajadores. Esto se vincula con un desmejoramiento de la distribución del ingreso y un aumento de la pobreza, configurando un cuadro cuyos efectos tendrán consecuencias muy negativas -y algunas inevitables- en el mediano y largo plazo.

SICLAC advierte sobre la importancia de que los distintos partidos políticos que la conforman participen, en sus ámbitos nacionales y regionales, de la promoción y profundización de los debates que deben darse acerca del poder real de la democracia en América Latina y el Caribe, y de los contenidos y relevancia de la política y sus instituciones. Deben romperse las limitaciones y prejuicios que se instalaron durante el avance del neoliberalismo, y debe discutirse sobre el Estado, la economía y la globalización.

Es imprescindible discutir sobre el papel del Estado para fortalecer la democracia, es decir, sobre la capacidad efectiva que necesita poseer el Estado como condición para el desarrollo y expansión de la democracia.

Es falso que haya una sola manera de organizar las relaciones económicas en una sociedad democrática. Es necesario volver a mirar a la economía desde la democracia, destacando que existen diversas políticas económicas y que cada una de éstas tiene su impacto sobre el desarrollo democrático. Las cuestiones de la economía deben ser recuperadas como parte de los contendidos de la política.

La pobreza y la desigualdad son un desafío de la democracia y de la política, y no pueden verse sólo como problemas de la sociedad que algún día podría resolver la economía. El que es pobre en términos materiales, también tiene dificultades para hacer valer sus demás derechos.

La importancia de la asimetría de fuerzas no deberá llevar, sin embargo, a la resignación frente a la globalización insolidaria. Es imprescindible recuperar la capacidad de definir políticas autónomas, y en este sentido, es necesario reafirmar la voluntad de integración política regional ya que la acción aislada de la mayor parte de los Estados nacionales latinoamericanos resulta insuficiente para influir, controlar, regular o beneficiarse de este proceso o para resistir sus tendencias.

Las negociaciones del ALCA

Ante todo debemos tener presente que la constitución del ALCA es un objetivo y un instrumento de la política exterior de los Estados Unidos, que apunta a la apertura de los mercados de América para su oferta exportadora.

El objetivo aparente es el de constituir una zona de libre comercio en la que se eliminen progresivamente las barreras al comercio y a la inversión. La significación de la negociación no puede minimizarse: afectará, de una u otra manera, el grueso del comercio exterior de todos los países del continente.

Pero Washington no limita su ambición a negociar dentro del ALCA temas comerciales. Quiere que los países miembros del ALCA se comprometan a asumir acuerdos diseñados a medida de sus propios intereses en temas muy diversos como compras gubernamentales, inversiones, propiedad intelectual, medio ambiente y normas laborales. En el ALCA no existe la posibilidad de constituir alianzas que contrapesen el inmenso poder de EE.UU.

Nos enfrentamos al claro desafío de que se constituya en el hemisferio un sistema aún más hegemónico que el actual. Ello implica, por un lado, la existencia de un Estado que cuenta con la capacidad de imponer a los otros la estructura normativa que determinará las reglas del juego enconómico-comercial. Por el otro, nuestros empresarios deben tomar conciencia de que el Estado hegemónico otorgará una ventaja adicional a sus poderosas "mega empresas": la capacidad de obtener beneficios adicionales no previstos por el mercado a través de la presión política.

Tampoco podemos dejar de reconocer la capacidad que tiene el gobierno y las empresas de EE.UU. para influir, desde adentro de nuestros propios países, sobre las discusiones y definición de posiciones.

La relación es asimétrica y seremos sometidos a fuertes presiones propias de la administración del Presidente Bush, cuyas políticas se han convertido en una amenaza para la estabilidad mundial.

Pero el más grave problema es que el Congreso de los Estados Unidos otorgó al Poder Ejecutivo un mandato negociador particularmente rígido en defensa comercial y agricultura, para las negociaciones que encare en el ámbito multilateral de la OMC, regional del ALCA o bilateral.

En materia de defensa comercial, se instruye a los negociadores para que preserven la facultad de los Estados Unidos de aplicar rigurosamente sus leyes comerciales, incluyendo antidúmping y derechos compensatorios. De esta manera se busca que los acuerdos comerciales con terceros no limiten la capacidad de Washington de actuar de manera unilateral. Paradójicamente, el mismo mandato negociador, tan respetuoso de su soberanía, exige a los negociadores de Estados Unidos que obtengan importantes modificaciones en las legislaciones internas de otros países, para que se ajusten a la normativa americana en temas como inversiones y propiedad intelectual.

En materia agrícola, el mandato negociador requiere que para mejorar las condiciones de acceso a su mercado se debe cumplir con un mecanismo de consulta previa con el Congreso de dicho país, que reducirá aún más la capacidad de otorgar concesiones a productos de nuestro interés.

En este contexto, nuestros países no deben quedar inmovilizados ante el desafío externo, sino reaccionar de manera pro-activa, luchando por crear un mercado regional, fortaleciendo su cohesión interna en un ámbito de solidaridad y paz en el cual se preserven la democracia y las garantías individuales.

Simultáneamente, debemos impulsar las negociaciones con los países del mundo que estén realmente dispuestos a mejorar las condiciones de acceso para nuestros productos.

Finalmente, si el resultado de las negociaciones no permiten recibir contraprestaciones suficientes como para justificar los costos que representa la constitución del ALCA nos queda el último recurso: rechazar esa iniciativa y buscar que una mayor integración latinoamericana abra otras oportunidades.

Un mundo impredecible

Aunque los temas de la pretensión hegemónica de la administración del Presidente Bush y la guerra contra Iraq ya hayan sido debidamente considerados en el Congreso de la Internacional Socialista en São Paulo, está claro que no podemos omitir aunque sea un rápido tratamiento del mismo. La actual actitud de EE.UU. puede volcarse sobre América Latina y el Caribe mediante todo tipo de presiones. Por otra parte, se cumplieron todos los vaticinios de nuestro Comité. Lejos de terminar con el terrorismo (vocablo que es necesario definir), se lo ha incrementado exponencialmente, y en vez de terminar con una guerra iniciada con vergonzosos argumentos falaces, se ha empezado una, sin territorio, sin tiempo y sin códigos humanitarios. Además, puede ocasionar una grave crisis económica y convertir en realidad la lamentable profecía del choque de las civilizaciones. Sólo el multilateralismo y el respeto al Derecho Internacional pueden ofrecer la posibilidad de lograr la paz en el mundo.


RESOLUCION SOBRE COLOMBIA

El Comité para América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista, con la voluntad de expresar más activamente su solidaridad con el pueblo colombiano, designará un grupo de trabajo para que, en un plazo de 60 días elabore una propuesta dirigida a partidos y gobiernos de la región para contribuir, en todos los temas posibles, al proceso de paz en Colombia.


RESOLUCION SOBRE CUBA

Es altamente preocupante la reciente declaración del Presidente Bush que tiende a endurecer el bloqueo contra Cuba, ahora con la limitación del envío de remesas y de los viajes de los Cubanos residentes en los Estados Unidos. Alertamos que estas medidas pudieran constituir el preludio de una invasión armada a esta isla caribeña, y por ello un riesgo para la seguridad de los países de la región.

Ratificando la Resolución adoptada por el XXII Congreso de la Internacional Socialista celebrado en São Paulo en el mes de octubre pasado, expresamos al gobierno cubano nuestra preocupación por la situación de los presos políticos y de opinión en la Isla y solicitamos su pronta liberación.


RESOLUCION SOBRE URUGUAY

El Comité de la IS para América Latina y el Caribe reunido en Santa Marta, Colombia, los días 7 y 8 de mayo de 2004, saluda la unidad de los progresistas uruguayos en apoyo a la candidatura presidencial del Dr. Tabaré Vásquez quien cuenta, entre otras, con las dos fuerzas miembros de esta Internacional, el Partido Socialista del Uruguay y el Nuevo Espacio.

Expresamos, además, la expectativa de que estas fuerzas progresistas uruguayas logren alcanzar el gobierno nacional en las próximas elecciones del mes de octu bre, para que el pueblo uruguayo conquiste mejores condiciones de vida y el país supere la profunda crisis a la que lo han llevado las políticas neoliberales aplicadas en las últimas décadas por los gobiernos de los partidos tradicionales de ese país.

Este Comité y la Internacional Socialista, como acostumbran hacerlo, asumen el compromiso de seguir atentamente los detalles de la próxima campaña, en la que aspira a que todo se desarrolle con la limpieza que caracteriza la tradición electoral de ese país.


RESOLUCION SOBRE VENEZUELA

El Comité de la IS para América Latina y el Caribe ha expresado su solidaridad con la democracia venezolana y su apoyo a principios y valores de preservación de espacios de libertad. Por ello, preocupada por la estabilidad de las instituciones democráticas rescata los esfuerzos realizados por los diferentes actores políticos a favor de procesos democráticos y constitucionales de participación ciudadana, para estimular un clima de inclusión, tolerancia y reconciliación nacional destinado a fortalecer el carácter democrático del país.

El Comité confía en la operatividad del mecanismo de referendo contenido en el texto constitucional vigente y exhorta al Gobierno Venezolano a brindar los medios y garantías necesarios para lograr una solución a la crisis política del país.

En tal sentido, el Comité acompañará el proceso nombrando un grupo de trabajo y seguimiento, que dentro de parámetros constitucionales y legales, conduzca a una salida pacífica, democrática e institucional.


MOCION DE RECONOCIMIENTO

El Comité para América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista expresa su profundo reconocimiento y agradecimiento al Dr. Raúl Alfonsín, quien durante cerca de cinco años estuviera al frente de las labores de este Comité, por su compromiso, su liderazgo y su entusiasmo, que ha quedado reflejado en todas nuestras actividades y en cada uno de los logros de este período.


LISTA DE PARTICIPANTES
 

Secretario General de la IS
Luis Ayala
 
 
 
 
ARGENTINA
Partido Socialista, PS

Hermes Binner
María del Carmen Viñas
 
 
 
ARGENTINA
Unión Cívica Radical, UCR

Raúl Alfonsín
Ricardo Alfonsín
Luis Alberto Cáceres
 
 
 
ARUBA
Movimiento Electoral del Pueblo, MEP

Dirk Dumfries
 
 
 
 
BOLIVIA
Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, MIR-NUEVA MAYORIA

Oscar Eid
Guido Riveros
 
 
 
CHILE
Partido Radical Social Demócrata, PRSD

Ricardo Navarrete
Alejandro Montesino
Miguel León Prado
 
 
 
CHILE
Partido Socialista de Chile

Ricardo Núñez
Luis Maira



COLOMBIA
Partido Liberal Colombiano, PLC

Camilo Sánchez Ortega
Edith Camerano Fuentes
Piedad Córdoba Ruiz
Joaquín José Vives Pérez
Martha Virginia Diago Castro
Ramón Ballesteros Prieto
Juan Fernando Cristo Bustos
Juan Manuel López Cabrales
Juan Pablo Camacho López
Clara Cecilia Mosquera Paz
Alfonso Gómez Méndez
Julio César Turbay Quintero
Boris Zapata Romero
Jorge Pastrán Pastrán
Alpher Rojas Carvajal
Pedro Bonnet
Eduardo Verano de la Rosa
Miriam Llinas
Germán Arias
 
 
 
COSTA RICA
Partido Liberación Nacional, PLN

Rolando Araya
 
 

ECUADOR
Partido Izquierda Democrática, PID

Dalton Bacigalupo
 
 
 
ESPAÑA
Partido Socialista Obrero Español, PSOE

Luis Yáñez-Barnuevo
 
 
 
JAMAICA
Partido Nacional del Pueblo, PNP

Burchell Whiteman
 
 
 
MEXICO
Partido de la Revolución Democrática, PRD

Cuauhtémoc Cárdenas
Juan José García Ochoa
Angélica de la Peña
Cuauhtémoc Sandoval
 
 
 
 
MEXICO
Partido Revolucionario Institucional, PRI

Samuel Aguilar Solís
José Murat
Gustavo Carvajal
Benjamín Hernández
 
 
 
NICARAGUA
Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN

Samuel Santos
 
 
 
PANAMA
Partido Revolucionario Democrático, PRD

Leonardo Kam
 
 
 
PARAGUAY
Partido Revolucionario Febrerista, PRF

Roberto Ferreiro
 
 
 
REPUBLICA DOMINICANA
Partido Revolucionario Dominicano, PRD

Hatuey De Camps
Henry Mejía
Enriquillo Reyes
 
 
 
SUECIA
Partido Socialdemócrata Sueco, SAP

Luciano Astudillo
 
 
 
URUGUAY
Partido Socialista del Uruguay, PSU

Hugo Rodríguez Filippini
 
 
 
VENEZUELA
Acción Democrática, AD

Pedro Alcántara
Pastor Heydra
Hernán Vásquez
 
 
 
VENEZUELA
Movimiento al Socialismo, MAS

Alfredo Chaparro
Leonardo Rodríguez
 
 
 
Internacional Socialista de Mujeres, ISM
Marlène Haas
Margarita Zapata
Magdalena Chauvet
 
 
 
Secretariado de la IS
Latifa Perry
Gabriela Shepherd



Invitados:


COLOMBIA
Polo Democrático Independiente, PDI

Jaime Dussán
Antonio Navarro
Oscar Molina
 
 
 
HONDURAS
Partido Liberal

Jorge Arturo Reina
 
 
 
 
 
 

 



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