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Congresos

XX Congreso de la Internacional Socialista, Nueva York

09-11 de septiembre de 1996


RESOLUCION GENERAL DEL CONGRESO
 
Introducción

El XX Congreso de la Internacional Socialista celebrado en la sede de las Naciones Unidas está dedicado a afrontar los difíciles retos globales de hoy a través de una mayor cooperación internacional. Cuatro años después de nuestro último Congreso en Berlín, donde nos propusimos la tarea de apoyar la revolución democrática y de asegurar que sus beneficios se extendieran a todos, es evidente que ahora más que nunca los retos para asegurar la paz, la democracia y el desarrollo requieren un esfuerzo internacional.

El mundo está cambiando rápidamente y es cada vez más interdependiente. Por lo tanto, debemos encontrar nuevas maneras de vivir, tanto en cada país como a nivel global, que sean sostenibles social, económica y medioambientalmente. Sólo si reforzamos el sentido de responsabilidad común y de solidaridad podrá la humanidad sobrevivir y realizar su potencial.

Es evidente que el papel de las Naciones Unidas debe ser central si queremos conseguir el objetivo de una mayor cooperación internacional. Por lo tanto, desde Berlín, la Internacional Socialista ha profundizado en su apoyo y relaciones para con las Naciones Unidas. La convergencia de nuestra Internacional y las Naciones Unidas, basada en los objetivos compartidos de paz, democracia y desarrollo sostenible, y en actividades y esfuerzos de cooperación, hace que sea más que apropiado que celebremos nuestro Congreso en Nueva York.

La Internacional Socialista, con partidos miembros en casi todos los países de cada continente, y con Comités temáticos y regionales activos en todo el mundo, fomenta un mejor entendimiento y una mayor cooperación entre las naciones que se enfrentan a problemas comunes globales. La visión de la Internacional Socialista y nuestra adherencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos guía e inspira nuestro trabajo, como se hace evidente en las secciones de la Resolución del Congreso que siguen a continuación.

Más aún, nuestros ideales de libertad, justicia y solidaridad, que han situado a la Internacional Socialista al frente del triunfo de la idea democrática, son más vitales que nunca, ya que estos vinculan a todos los sectores de unas sociedades cada vez más complejas. La solidaridad socialdemócrata se basa en un compromiso compartido con los principios fundamentales reafirmados y refinados en el Congreso de Estocolmo en 1989, y deriva su fuerza de la diversidad tanto dentro de los países como entre las naciones.

La democracia tal como la definimos nosotros - con derechos políticos, justicia social y oportunidades económicas - es la única forma de democracia que resistirá el paso del tiempo. Aunque es cierto que los mecanismos de mercado son necesarios para el crecimiento económico y el desarrollo, también es cierto que el mercado libre no asegura la justicia. El socialismo democrático, por lo tanto, reconoce que el Estado es un servidor del pueblo necesario para garantizar una sociedad justa y equitativa, y es un agente crítico en la democratización del cambio económico en una era de globalización. La preservación de los derechos, y la reconciliación de los derechos individuales con los derechos colectivos de trabajadores, mujeres, jóvenes, grupos étnicos y comunidades indígenas, depende de la responsabilidad compartida entre gobiernos y ciudadanos.

La Internacional Socialista sigue siendo una de las voces que más insisten en establecer un vínculo entre desarme y desarrollo. Un uso más constructivo y equitativo de los recursos mundiales depende del logro de la paz internacional. Las Naciones Unidas deben por lo tanto dar su total apoyo a sus esfuerzos por resolver conflictos civiles y regionales, fomentar reducciones en armamento nuclear y convencional, incluyendo la propuesta de prohibición del uso, producción y almacenamiento de minas de tierra, y negociar un tratado para la prohibición de ensayos nucleares para siempre.

Nosotros, los socialistas demcráticos, tenemos confianza en nuestro enfoque hacia las urgentes tareas que tenemos por delante. Nuestros compromisos, mantenidos desde hace mucho tiempo, para con la libertad y los derechos fundamentales, y para con la justicia, la paz y el bienestar humano, han sido nuestra fuerza para superar obstáculos en el pasado. Hoy, la promesa de una democracia duradera y las aspiraciones de todos los pueblos hacia una vida mejor dependen de una solidaridad sin titubeos entre las naciones para establecer un sistema efectivo de seguridad y responsabilidad globales. La Internacional Socialista, con su larga tradición de cooperación internacional y solidaridad, y con una renovada determinación e iniciativa, se compromete a permanecer al frente para conseguir un mundo más democrático y seguro.


AFRICA

I. Reforzar el proceso democrático
Considerando el proceso de democratización actual en el continente, y ante la urgencia de darle una respuesta a las múltiples necesidades de Africa, principalmente el desfío de su propio desarrollo, la IS no sólo manifiesta su apoyo al respeto de los derechos de la persona, sino más concretamente al avance de los derechos económicos y sociales a nivel continental, en otras palabras, al derecho al desarrollo - derecho a la educación, a la salud, al empleo, y al bienestar social.

La IS observa con satisfacción los avances democráticos que hoy modifican en profundidad el paisaje político e institucional en Africa, bajo el impulso de fuerzas progresistas: partidos políticos, sindicatos y sociedad civil.

El fenómeno de democratización tiene gran relevancia histórica y debe apreciarse en su justa medida. Es de vital importancia apoyar a las fuerzas involucradas en el proceso democrático africano, de lo contrario, este proceso corre el riesgo de debilitarse, sobre todo porque está experimentando violaciones o desafíos inquietantes en ciertos países.

La IS se compromete a contribuír a reforzar la cultura democrática, especialmente mediante la intensificación de su acción de observación de los procesos electorales y apoyando a las fuerzas socialistas y socialdemócratas, en su trabajo de implantación, de formación y de reestructuración.

Entre estas fuerzas, el movimiento femenino debe ocupar un lugar primordial, junto al de los trabajadores y de los jóvenes.

Pide a las fuerzas políticas aceptar democráticamente los resultados obtenidos en elecciones transparentes y efectuadas con regularidad.

El reforzamiento de la cultura democrática se percibe así como la mejor garantía para el desarrollo de la democracia en Africa, donde aún permanecen ciertas resistencias inquietantes al proceso de democratización. Esta oposición se manifiesta mediante procesos electorales desiguales y con falta de transparencia, golpes de estado militares, y un aumento de corrientes extremistas y persecusiones étnicas, que amenazan y ponen en tela de juicio legalidades constitucionales democráticamente establecidas.

La IS constata que tales abusos - regresiones impuestas por la fuerza - significan que las poblaciones deben luchar por su diaria supervivencia, y por lo tanto la IS debe prestarles especial apoyo.

La IS hace un enérgico llamamiento al establecimiento de la democracia en países tales como Nigeria, Guinea Ecuatorial y Zaire.

Urge, más que nunca, no sólo reforzar los logros democráticos en el plano institucional, sino promover una real democracia social y económica. De lo contrario, la paz y la seguridad no podrían garantizarse.


II. Paz y seguridad
Después de haber subrayado, de nuevo, la importancia de la paz y de la seguridad para el éxito de las iniciativas para el desarrollo, la IS expresa su viva preocupación ante la persistencia en Africa de numerosos focos de tensión, como en Ruanda, Burundi, Liberia y Somalia.

Con respecto a esto, la IS se congratula de las iniciativas tomadas por los países africanos para apagar estos focos de tensión y para promover la diplomacia preventiva, por medio del mecanismo de prevención, de gestión y de resolución de conflictos creado por la OUA (Organización de Unidad Africana) y conforme al derecho internacional y a las resoluciones de las Naciones Unidas.

Llama a la unidad de la comunidad internacional a aportar su pleno apoyo a dichos esfuerzos destinados al mantenimiento de la paz en Africa, y al mismo tiempo, al mantenimiento de la seguridad internacional.

En el mismo sentido, la IS alienta a los países africanos para que continúen promoviendo una política de paz, basándose en su cultura y permitiendo que las mujeres desempeñen el papel que les corresponde en esta tarea.
A este respecto, la IS urge a todos sus miembros, y concretamente, a los partidos políticos africanos, a que asuman el papel de primer plano que les corresponde.


III. Asegurar el desarrollo

Africa está cada vez más integrada en lo que se llama la lógica de globalización, marcada por un ascenso sin precedente del ultraliberalismo y un papel cada vez más importante desempeñado por las instituciones financieras internacionales, sobre todo tras el desmantelamiento del bloque comunista.

La introducción de estas influencias, en el marco de los drásticos cambios que tienen lugar en la economía mundial está afectando en la actualidad de manera profunda las estructuras económicas y sociales de los países africanos.

Estas nuevas estructuras así impuestas por los imperativos del proceso de liberalización y por las instituciones de Bretton Woods, tienen como consecuencia el agravamiento y la expansión de la pobreza de los pueblos africanos. Por otra parte, las políticas de ajuste estructural han sido impuestas sin los debidos correctivos sociales que el movimiento socialdemócrata ha podido imponer afortunadamente, en la mayor parte de los países industrializados donde los rigores de la economía de mercado han sido moderados por la introducción de leyes sociales que han contribuido al desarrollo y a la estabilización de la democracia política.

Con el fin de permitir que Africa conozca una transición sin obstáculos y sin violencia, hacia la instauración de un nuevo orden democrático adaptado a sus propias realidades, se ha de construir un sistema internacional de relaciones económicas y comerciales más justas.

Tal sistema debe basarse en el respeto a una mayor justicia social; debe permitir un acceso igual al mercado mundial, tanto a los países industrializados como a los países en vías de desarrollo, evitando que se base únicamente en las reglas de la competencia.

En este sentido, el nuevo sistema facilitará la integración de las economías africanas al mercado mundial.

Teniendo en cuenta la responsabilidad específica de la Unión Europea con respecto a Africa, la IS pide que Europa no se convierta en una fortaleza con miras exclusivamente a su propia prosperidad, sino que permanezca una Europa abierta sobre todo en sus relaciones con sus socios y asociados africanos.

Con este fin, la IS pide que se inscriban en el tratado de la Unión Europea los siguientes principios esenciales:

1. El principio de igualdad de colaboración y de concertación (para inscribirse en la sección XVII del tratado de la Unión Europea);

2. Una mejor coherencia en las políticas e intervenciones de la Unión Europea notablemente en los campos del comercio, la agricultura, la industria y la pesca;
3. Un compromiso concreto en favor de una cooperación económica y comercial equitativa, preocupada por el respeto de todos los derechos de la persona, incluído el derecho al desarrollo.

La IS hace el mismo llamamiento a las demás naciones industrializadas y acoge con satisfacción las iniciativas ya tomadas y en particular, la iniciativa especial de las Naciones Unidas para África.

La IS desea que estas iniciativas contribuyan de forma efectiva al desarrollo pacífico y duradero de los países africanos.

A este efecto, la IS urge a los países africanos a continuar y a aumentar sus esfuerzos por medio de una mayor solidaridad a través de la promoción de la integración económica a nivel continental, regional y subregional.

La IS observa con preocupación el estancamiento en la resolución del conflicto del Sahara Occidental, que dificulta la pacificación y la mejora de la situación política, social y económica en el Magreb. La retirada parcial de la MINURSO es una mala noticia y acerca de nuevo la posibilidad de una reanudación de las hostilidades. Es necesario requerir de las partes implicadas el pleno cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas, y un nuevo esfuerzo para establecer mecanismos de negociación estables y permanentes para la resolución del conflicto, con un renovado apoyo de la comunidad internacional.


ASIA Y EL PACIFICO

La región del Asia-Pacífico es la más dinámica del mundo. En tiempos pasados se la solía llamar el 'Asia dormida', pero hoy en día se ha convertido en el 'Asia próspera'. Los países asiáticos en vías de desarrollo están creciendo a un ritmo dos veces más rápido que la media mundial. En tiempos pasados también era el 'Asia fracturada' desde una perspectiva económica y de seguridad; hoy en día es el 'Asia integrada'. En el campo económico, APEC está forjando el proceso de reforma e integración económica, y el Foro Regional ASEAN (FRA), por su parte, se encarga de fomentar el diálogo regional en torno al tema de la seguridad.

No obstante, Asia es también una región de contradicciones. El acelerado crecimiento económico, que ciertamente beneficia a muchos países de la región, está provocando a la vez la destrucción del medio ambiente, una crisis energética y la escasez de alimentos. El rápido crecimiento de la población, que continuará hasta entrado el siglo XXI, junto con la destrucción medioambiental, crisis energética y escasez de alimentos pueden amenazar seriamente la seguridad de la región. Aunque es alentador ver cómo avanza la democracia, sobre todo en las economías recientemente industrializadas, los regímenes autoritarios siguen dominando en muchas partes de la región del Asia-Pacífico.

La paz es más que la ausencia de la guerra. Tal como la guerra supone la pérdida de vidas humanas, la pobreza, el hambre, la destrucción del medio ambiente y la violación de los derechos humanos también amenazan la vida de las personas, las priva de los medios de subsistencia, menoscaban la dignidad humana y en el peor de los casos causan la muerte. Por tanto, la disuasión militar y la diplomacia no son los únicos medios para garantizar la paz. La promoción del desarrollo social, la eliminación de la pobreza, la protección de los derechos humanos y la preservación del medio ambiente deben pasar a la lista de prioridades dentro de los esfuerzos para asegurar la paz.

Contra ese telón de fondo, los socialdemócratas del Asia-Pacífico deben adoptar criterios multilaterales en lugar de unilaterales, plantear una temática amplia en lugar de puntual, para abordar los problemas de la región.


La seguridad y el desarme

La prioridad en lo que se refiere a la seguridad regional y al desarme es el cese de las pruebas nucleares. El gobierno conservador francés llevó a cabo seis pruebas nucleares antes de anunciar su cese en enero de 1996. En cuanto a China, recientemente ha realizado una prueba nuclear, estandoclaro que se propone realizar una segunda antes de septiembre. Desde el punto de vista del desarme nuclear y la protección del medio ambiente, nos oponemos categóricamente a que nuestra tierra y nuestros mares se utilicen como campos de pruebas nucleares. Por lo tanto exigimos que el gobierno de Beijing se abstenga de llevar a cabo pruebas nucleares. Asimismo, instamos a redoblar los esfuerzos para lograr el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. En vísperas del siglo XXI, el movimiento decisivo hacia la eliminación total de los armamentos nucleares tiene más importancia que nunca para la paz y seguridad internacional.

El control de las armas convencionales es igualmente importante, sobre todo la revisión del Protocolo sobre el empleo de minas. Hay que hacer lo posible por prohibir la producción, almacenamiento, empleo y traslado de minas. Llamamos, a la vez, a todos los gobiernos de la región a que tomen medidas para suspender el empleo de toda clase de minas hasta que se suscriba un acuerdo internacional para su prohibición.

Otro asunto importante en la región es la detención de la carrera de armamentos. Numerosos países en vías de desarrollo del Asia-Pacífico, con el crecimiento económico van a la vez aumentando militarmente. No consideramos que el volumen actual de armamentos representa una amenaza inmediata para la estabilidad de la región, pero a menos que se lo controle debidamente, es capaz de desembocar en conflictos armados. Para evitar esa posibilidad, llamamos a todos los países de la región a acceder al sistema de registro de armamentos de Naciones Unidas, registro que debe ser actualizado.

Al igual que en Europa, en el Asia-Pacífico se están levantando nuevas estructuras regionales para afianzar la seguridad. Entre ellas el FRA ocupa un puesto central que según se espera va a protagonizar un papel muy importante, planteando medidas para impulsar la confianza mutua.


Desarrollo sostenible

El APEC ha sido acreditado con un 'regionalismo abierto' y con medidas orientadas a una gradual liberalización. Sin embargo, la liberalización del comercio por sí sola es incapaz de resolver problemas como pueden ser el crecimiento demográfico, la escasez de los alimentos, la degradación del medio ambiente y la crisis energética.

La alternativa no debería ser entre la pobreza absoluta y un crecimiento económico fuera de control. Lo que es necesario es contar con una comunidad sostenible en el campo social y medioambiental, con una distribución equitativa de la creciente riqueza y una vida en armonía con la naturaleza.

En consecuencia, instamos a todos los países de esta región a compartir los planteamientos comunes en lo que se refiere a cuestiones de seguridad fundamental, a saber, la destrucción del medio ambiente, la crisis energética, el crecimiento demográfico y la escasez de alimentos, y a lanzar una iniciativa interregional orientada a promover esfuerzos conjuntos en el camino hacia ese objetivo que tenemos en común y que es el desarrollo sostenible.


La democracia y los derechos humanos

Los socialdemócratas y socialistas de la región del Asia-Pacífico declaran solemnemente que los derechos humanos tienen un valor universal. Respetamos la diversidad cultural, pero no a costa de los derechos humanos. Ya se han establecido mecanismos regionales dedicados a la defensa de los derechos humanos en tres continentes, Europa, las Américas y África. No obstante, en el continente más grande del mundo todavía no se ha presentado la posibilidad de crear una institución parecida dedicada a los derechos humanos. Por tanto, hay que hacer todo lo posible por establecer un mecanismo capaz de proteger los derechos humanos en la región del Asia-Pacífico.

En Birmania, como lo ha demostrado el reciente encarcelamiento de diputados de la NLD, los derechos humanos se siguen violando gravemente bajo el régimen militar. Exigimos terminantemente que todos los detenidos sean puestos en libertad de inmediato y que se respete el resultado de los últimos comicios.

Aún más, las violaciones que de forma rutinaria perpetran los soldados del SLORC contra las mujeres birmanas, y también el cínico uso que el SLORC hace de la violación como un instrumento que le sirve en su campaña destinada a subyugar y oprimir a la población civil, constituyen una violación descarada de los derechos humanos y deberán cesar.

Las Naciones Unidas, los gobiernos y las agencias humanitarias deberían esforzarse al máximo para impedir el tráfico de mujeres birmanas en Tailandia.

La Internacional Socialista invita al Secretario General de las Naciones Unidas a poner en práctica urgentemente la Resolución tomada en la Asamblea General de diciembre de 1995 en favor de una solución política en Birmania. La IS invita también a los gobiernos del Japón, de ASEAN y de otras naciones a apoyar los esfuerzos de Aung San Suu Kyi tendientes a promover la reconciliación nacional en Birmania.

Las instituciones financieras internacionales y los gobiernos, incluyendo a las agencias de la ONU deberían abstenerse de renovar programas de asistencia al desarrollo y préstamos hasta que el SLORC inicie un diálogo con Aung San Suu Kyi.

La Internacional Socialista reitera su propósito, originalmente hecho en la reunión de Manila del Comité Asia-Pacífico de la IS en febrero de 1995, a continuar sus esfuerzos dirigidos a enviar una misión a ese país, a la cual hasta la fecha las autoridades birmanas han denegado la entrada.

La situación en Timor Oriental también merece atención. Considerando la continuación de la dictadura militar del ejército de Indonesia y la masacre de Dili, debemos aumentar las medidas para apoyar la lucha de sus habitantes por su autodeterminación.

En Bhutan y Tibet la cuestión de los derechos humanos sigue siendo grave; reafirmamos nuestra solidaridad con esos pueblos en su lucha por la democracia.

En cuanto a China, el régimen autoritario continúa, aunque no ha dado marcha atrás a su política abierta y reformista. Sin renunciar a la vigilancia de su postura frente a los derechos humanos, debemos ayudar a Beijing a impulsar la política abierta y reformista que ha emprendido.

La inestabilidad sigue afectando a la península de Corea. Debido a inundaciones ocurridas el año pasado y la consecuente escasez de alimentos, Corea del Norte apenas tiene lo suficiente para subsistir, según se informa. Con miras a aliviar esa situación, Pyongyang ha decidido aceptar ayuda de otros países. Junto con extender esa ayuda humanitaria, debemos animar a sus dirigentes a acceder a una reunión cuatripartita e integrarlos gradualmente a la comunidad internacional.

En cuanto a Fiji, la grave violación de derechos humanos y sindicales es motivo de seria preocupación para la Internacional Socialista. La Constitución de carácter racial de Fiji ha marginado a la población indofijiana, que se ve reducida a la categoría de ciudadanos de tercera clase en su propio país. La comunidad indofijiana, que es la más marginada por la Constitución, no tiene los mismos derechos de acceso a la enseñanza, a la administración del Estado, ni a las prestaciones sociales, no obstante el hecho de que contribuye el 80 por ciento de la recaudación fiscal.

La IS seguirá con atención los acontecimientos políticos en Fiji, sobre todo las conclusiones del informe de la Comisión para la Reforma Constitucional, e insta al gobierno a aceptar y poner en práctica las medidas que recomiende y que encaminen a Fiji hacia comicios democráticos y a una sociedad justa y equitativa.


Los derechos de la mujer en la región del Asia-Pacífico

Asia, concretamente Beijing, fue la sede de la IV Conferencia Mundial de la Mujer de Naciones Unidas, la conferencia más grande de la ONU que jamás se haya celebrado. Sin embargo, la mujer en la mayor parte de la región del Asia-Pacífico está más marginada en todos los aspectos sociales que sus hermanas en el mundo desarrollado.

Las cuestiones de seguridad, desarrollo sostenible, democracia y derechos humanos impactan de forma diferente sobre el hombre y la mujer. En consecuencia, hay una necesidad urgente de que los socialdemócratas de la región examinen a fondo la situación de la mujer y hagan más esfuerzos para que ésta tome una parte más activa en los debates y acciones en torno a esos temas.


EUROPA

El conjunto de transformaciones que cambiaron completamente nuestro planeta desde el otoño de 1989, ha supuesto la superación definitiva de la era de la confrontación entre los bloques y, al tiempo, ha engendrado nuevos desafíos.

Ha caído el Muro de Berlín, el bloque soviético se ha venido abajo, los países de Europa Central y Oriental han encontrado su camino, a veces contradictorio, hacia la democracia. Europa ha salido de una era de oprobio y, por fin, ha podido consagrarse a su completa y plena construcción. No sin desasosiegos.

Por primera vez después de más de cuarenta años, Europa ha conocido de nuevo la guerra, sin que haya dado muestras de ser capaz de encontrar una solución al conflicto. Los fenómenos de nacionalismo exacerbado afloran nuevamente, amenazando la estabilidad política del continente. Nuestras sociedades padecen graves problemas estructurales que se reflejan en unas tasas de paro inadmisibles.

Los Estados europeos no pueden responder de forma aislada a estos nuevos problemas. La opción de los socialistas europeos - que trabajan conjuntamente en el Partido de los Socialistas Europeos, PSE - pasa por dar respuestas de dimensión europea a las nuevas situaciones. Es más, para la IS la Unión Europea representa no solamente una oportunidad sino que también una responsabilidad para asegurar la paz, el bienestar y la justicia social, tanto más cuanto que los socialistas somos la familia política más importante de la Unión Europea, y podríamos afirmar sin riesgo a equivocarnos que representamos la única fuerza política capaz de combinar lo económico, lo social y lo medioambiental.

En el marco de Europa, la acción de los socialistas tiene como objetivos:

- Trabajo y prosperidad: una sociedad de plena actividad, eficiente y segura, sin paro ni pobreza;

- Crear un modelo equilibrado de desarrollo económico, social y ecológico: calidad del medio ambiente y de la vida humana;

- Avanzar en la profundización, reforma y ampliación de la Unión Europea. Ante la Conferencia Intergubernamental en curso, la IS y el PSE sostienen que la reforma institucional de la Unión debe basarse en tres objectivos: la instauración de un proceso de toma de decisiones eficaz, ampliando de manera significativa el campo de aplicación del voto por mayoría calificada; dotar a la política europea de más transparencia y de una mayor apertura, y garantizar que las decisiones se adopten en el nivel apropiado; y, por último, introducir más democracia en el funcionamiento institucional, aumentando los poderes del Parlamento Europeo y reforzando la participación de los parlamentos nacionales.

- Desarrollar una política exterior y de seguridad común, como contribución a la paz y el desarrollo en el mundo;

- Crear una sociedad abierta, dispuesta a mostrarse solidaria hacia el resto del planeta;

- Asegurar la plena igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres;

- Promover la solidaridad entre personas, generaciones y países.

El empleo ha sido y siempre será el eje de la acción de los socialistas europeos. Las políticas de crecimiento económico, generadoras de puestos de trabajo y sostenibles medioambientalmente, constituyen el principal reto económico y social con el que se enfrentan los responsables políticos. El desempleo masivo condiciona adversamente el porvenir de nuestras sociedades.

En diciembre de 1993, el PSE lanzó un ambicioso programa de acción - "La Iniciativa Europea para el Empleo" - que continene los elementos claves de una política económica dirigida a generar empleo. Con la mirada puesta en el próximo Congreso del PSE - que será el tercero y se celebrará la próxima primavera en Malmö - Jacques Delors dirige los trabajos sobre un nuevo modelo de desarrollo, que dan continuidad a la labor plasmada en La Iniciativa Europea para el Empleo.

Pensamos que existen posibilidades no utilizadas para impulsar una política económica activa y concertada a nivel europeo. Es posible liberar unas enormes potencialidades de crecimiento superando los límites de las economías nacionales y utilizando las posibilidades reales de la economía común europea. La iniciativa concertada de políticas macroeconómicas a escala europea puede garantizar un crecimiento estable y sostenido y una tendencia mantenida en la creación de empleo.

La inversión y el empleo en el sector privado son un objetivo prioritario, que debe potenciarse mediante la inversión pública en investigación y desarrollo, infraestructura, vivienda y gestión medioambiental, para garantizar niveles adecuados de competitividad a largo plazo. Invertir en conocimiento debe ser igualmente un objetivo prioritario.

Trabajamos para lograr un nuevo contrato social en Europa, entre sindicatos y empresarios, con el impulso de los poderes públicos, que alumbre un nuevo equilibrio positivo entre garantías de seguridad y necesidad de cambio. La reorganización del trabajo existente puede y debe llevarse a cabo con medidas negociadas, que salvaguarden la competitividad y comporten una reducción de la jornada laboral a fin de repartir mejor el trabajo existente.

Otra de las vías a seguir para fomentar al máximo la creación de empleo sería la utilización del amplio potencial de nuevas actividades ligadas al sector servicios, así como el impulso del sector de economía social y de iniciativas locales.

La prioridad política del empleo no impide a los socialistas europeos afirmar su compromiso en favor de la Unión Económica y Monetaria (UEM), como importante complemento del mercado interior y como manera de garantizar que aquellos países cuyas monedas se integren en la moneda única, cumplan el calendario y los criterios de convergencia. La tercera fase de la UEM ha de comenzar con el mayor número posible de Estados miembros. La puesta en práctica de la Unión Monetaria debería acompañarse de una mejor coordinación de las políticas económica, persupuestaria, fiscal, de empleo y social, con vistas a lograr la compatibilidad social de la UEM y a asegurar que puedan mantenerse los criterios de convergencia sobre bases económicas saneadas. En cualquier caso habrá que promover relaciones económicas y sociales sólidas entre los Estados que se integren en la Unión Monetaria y aquéllos que no lo hagan.

Los socialistas europeos vienen trabajando activamente para dotar a la Unión Europea de una auténtica capacidad de afirmación en la escena internacional, a través de la Política Exterior y de Seguridad Común. Una Unión Europea pertrechada con los instrumentos necesarios y adecuados de política exterior y seguridad hubiera sido más eficaz y más libre para actuar con energía desde el principio ante los conflictos de la antigua Yugoslavia.

La IS y el PSE defiende que, por razones de solidaridad, Europa lleve a cabo una política de cooperación activa en su entorno inmediato y hacia el mundo menos desarrollado que contribuya a reducir las desigualdades entre el Norte y el Sur. Para ello, deberá mantenerse al mismo nivel la ayuda a los países de la Convención de Lomé.

Los socialistas europeos en la UE velan por promover, tanto en el seno de la Unión como en los demás países, la defensa de los derechos humanos y el respeto de la democracia y del Estado de Derecho, todo ello en cooperación con los partidos hermanos de los países extracomunitarios. A diferencia de las fuerzas políticas conservadoras, consideramos que los derechos sociales y económicos forman parte integrante de los derechos humanos.

Los socialistas europeos despliegan una continua actividad para que la Unión Europea refuerce el desarrollo de los países de Europa Central y Oriental que les abra el camino europeo. Las nuevas democracias se encuentran en pleno período de reformas y necesitan ayuda para su reconstrucción, acceso a los mercados de la Unión Europea y perspectivas claras para su plena integración. Defendemos asimismo la creación de un espacio de asociación y cooperación, en todos los ámbitos, con los países de la cuenca mediterránea, y apoyamos los esfuerzos que permitan asegurar el éxito del proceso de paz en el Oriente Medio.

En materia de medio ambiente, el PSE ha elaborado programas de acción sustentados en el establecimiento de un modelo innovador de desarrollo que vincule la gestión medioambiental y la creación de empleo. La Unión Europea ha de ejercer un liderazgo mundial en la tareas de protección ambiental. Deben ponerse en práctica, en la línea abierta por la Conferencia de Río, acuerdos ambientales legalmente vinculantes y con prioridades claras: clima, protección forestal, desertificación, biodiversidad, residuos.

Consideramos que la Unión Europea tiene que incrementar y mejorar la asistencia ambiental al mundo en desarrollo. Unicamente si se crean las bases económicas y sociales necesarias, podrá haber una gestión ambiental adecuada. Por ello, la Unión Europea debe apoyar la apertura de los mercados mundiales a los países menos desarrollados y apoyar la transferencia de tecnologias adaptadas y de recursos financieros para que los países menos desarrollados no se vean forzados a escoger entre beneficios económicos a corto plazo y consideraciones ambientales a largo plazo.

La acción de los socialistas europeos se dirige a la creación de un modelo de cooperación y gestión medioambiental, que descubra nuevos campos de creación de empleo, reduzca el consumo de productos naturales y desarrolle sistemas de producción y consumo sostenibles.

Una Europa fuerte, solidaria y que apueste por la profundización de la democracia, tiene que combatir el racismo y la xenofobia. La violencia y los ataques racistas que se producen en nuestras sociedades son la manifestación más extrema de un problema profundo. En parte, esos fenómenos se desencadenan por el desempleo juvenil, las recesiones cíclicas y la pérdida de la esperanza vital. Todo ello es explotado lamentablemente por los políticos antidemocráticos de la extrema derecha.

La única forma de avanzar es la construcción de una Europa próspera, basada en la solidaridad, en la que todo ser humano sea tratado con respeto a sus derechos y en la que los ciudadanos no pertenecientes a la Unión Europea tengan posibilidades de integrarse socialmente gracias a las oportunidades de formación y empleo, así como de participar en la vida política.

Por último, y no por ello menos importante, los socialistas europeos se esfuerzan en avanzar hacia una sociedad paritaria. La representación de las mujeres en todos los niveles de participación y de toma de decisiones debe aumentar sensiblemente. En el ámbito político, el compromiso socialista es la promoción de las mujeres en todas las instituciones de la Unión Europea y, por lo que respecta a las instancias socialistas, el logro de una presencia equilibrada de hombres y mujeres en los órganos y actividades del PSE. En el ámbito económico y social, ese compromiso se centra en superar las discriminaciones, corregir la desigualdad salarial de hecho y responder al problema de que el paro afecte más a las mujeres y de que éstas sufran más las consecuencias de las desigualdades sociales y territoriales.


EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL

La caída del muro de Berlín y el colapso del sistema comunista han marcado el fin de una época en la historia de Europa y del mundo. Los intentos por afirmar la justicia sin libertad ni democracia se han revelado como una trágica ilusión.

La democracia y la justicia son valores inseparables y son precisamente los acontecimientos de estos últimos años los que han demostrado la relevancia y validez de los valores e ideas del socialismo democrático.

Willy Brandt vio en la afirmación de la socialdemocracia en Europa Oriental la coronación de la Östpolitik a la cual dedicó su carrera política y su vida misma. Los sucesos de aquellos años han dejado de manifiesto el coraje y la clara visión de Willy Brandt.

Reiteramos hoy día que lo que Europa será en los próximos años dependerá en gran medida de lo que suceda en esa enorme región que se extiende desde las planicies polacas hasta Siberia, desde los Balcanes hasta el Cáucaso.

1. La guerra en la antigua Yugoslavia ha estado constantemente en nuestra mente, y nuestros pensamientos van dirigidos principalmente a las mujeres, a los niños y a los hombres de Bosnia-Herzegovina, Sarajevo, Srebenica, Bihac, Goradze, Breco, Tuzla y de todos los pueblos y ciudades golpeados por el horror de los bombardeos y la limpieza étnica.

Siempre hemos estado convencidos de que ninguna solución era posible mientras las armas, la violencia y el poder arbitrario tuvieran el control de la situación. La paz ha sido y será construída a través de la negociación. Esta es la razón por la que todos nuestros esfuerzos han estado dirigidos a conseguir un alto el fuego, comenzando un proceso de diálogo entre las partes y lanzando un acuerdo negociado.

Es por esto también que acogimos con satisfacción la firma de los Acuerdos de Dayton, el cual hizo posible que las partes pusieran fin a las hostilidades y al sufrimiento de la población civil, y que se iniciara un proceso de paz que tiene como objetivo la coexistencia pacífica en el mismo territorio de comunidades étnicas distintas. Las elecciones en Mostar, celebradas con éxito, y el inicio de las actividades del consejo municipal de la ciudad, representaron un paso importante en vista de las próximas elecciones en toda Bosnia.

Sin duda, el camino hacia la paz es todavía largo y estará sembrado de dificultades. En primer lugar, es necesario avanzar más para hacer posible el retorno de los refugiados a sus hogares, permitir la libre circulación de todo individuo en el territorio de Bosnia-Herzegovina, y la completa aplicación de los Acuerdos de Dayton bajo cuyo mandato actúan los soldados de las Fuerzas de Implementación (IFOR).

La IS pide a la comunidad internacional que reconfirme la misión de paz de las Fuerzas de Implementación Internacionales en Bosnia-Herzegovina para así contribuír a la estabilización del proceso de paz y respaldar la integración de comunidades étnicas diferentes.

Una de las principales condiciones para llevar a cabo estos objetivos es la necesidad de que se haga justicia contra los responsables de las masacres y crímenes cometidos en Bosnia. Expresamos nuestro total apoyo al trabajo realizado por el Tribunal Internacional para Crímenes de Guerra para la antigua Yugoslavia, presidido por el Profesor Antonio Cassese.

La IS valora enormemente el trabajo realizado por las ONGs y agencias humanitarias en Bosnia-Herzegovina, y hace un llamamiento a la comunidad internacional, a la Unión Europea, al Banco Mundial, al Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas y a otras agencias de las Naciones Unidas a que intensifiquen sus esfuerzos para lograr la reconstrucción total de Bosnia-Herzegovina.

Nadie debe olvidar el principal objetivo político: reconstruír en todo el territorio de Bosnia-Herzegovina y en todos los países de la región una sociedad democrática que sea multiétnica, multicultural y multireligiosa.

Por esta razón pensamos que la fecha tope para las elecciones de septiembre es de una importancia extraordinaria, y por ello pedimos a todos los partidos miembros de la IS que ayuden de todas las maneras posibles a aquellos partidos de inclinación socialdemócrata que están luchando por una sociedad multiétnica: el Partido Socialdemócrata de Bosnia (SDP) y la Unión de los Socialdemócratas Bosnios (UBSD).

Se necesitan nuevos y decisivos pasos para establecer una paz estable y justa que garantice los derechos de todos los patidos en la región y de todas las comunidades étnicas y religiosas. Las elecciones en Serbia y Montenegro deben también ser una oportunidad para afirmar normas y principios totalmente democráticos en esos dos países.

La IS reafirma su posición en apoyo de la autonomía para la población de Kosovo, Sandjak y Vojvodina dentro del actual marco legal y territorial de la federación Yugoslava, y espera que se pueda lograr un acuerdo final sobre cooperación y buenas relaciones entre Grecia y la antigua República Yugoslava de Macedonia.

Con respecto a las elecciones en la vecina Albania, la IS deja constancia de su desaprobación por la manera en que se celebró la votación de mayo de 1996 y la seria crisis política e institucional que las elecciones provocaron. La única manera de salir de la crisis actual es a través de un diálogo político entre el gobierno y la oposición, con el objetivo de lograr un acuerdo sobre los pasos electorales y políticos necesarios para retornar a la normalidad constitucional. Se deben organizar, tan pronto como sea posible, nuevas elecciones generales respetando completamente los criterios democráticos internacionales, y con precisas condiciones y garantías de legitimidad democrática.

2. Los cambios democráticos y económicos en Europa Central y Oriental son de indudable significado histórico y afectan de manera importante a la estabilidad de todo el continente. La IS felicita a los ciudadanos de esta región por sus logros en la construcción de instituciones democráticas y por conseguir crecimiento económico, modernización y estabilidad política. El proceso de transformación sistemática ha abierto nuevas perspectivas para los socialdemócratas en esta región de Europa.

La situación actual es muy diferente a la de 1989.

Durante una primera fase -en el período inmediatamente posterior a la caída del Muro de Berlín- hubo la expectación generalizada por toda la región de que la economía de mercado podría satisfacer rápidamente la demanda de bienestar y prosperidad que las décadas de control comunista no pudo satisfacer.

Esa fue la razón por la que la opinión pública giró masivamente hacia el neoliberalismo y el mercado libre.

Sin embargo, esta esperanza pronto se reveló como una ilusión. La transición hacia una economía de mercado ha llevado consigo indudablemente altos índices de crecimiento en la economía y una modernización de la sociedad, particularmente en algunos países de Europa Central. Pero el giro hacia la economía de mercado ha ocurrido sin normas adecuadas, a menudo de una manera totalmente no regulada, causando por lo tanto desigualdades sociales agudas. Pequeños grupos de la población, en algunos casos pertenecientes a las clases en el poder de los regímenes anteriores, han acumulado enormes riquezas, mientras que la mayoría de los ciudadanos continúan viviendo en condiciones sociales inseguras.

Por esta razón se ha desarrollado una segunda fase en la transición, durante la cual un enorme número de ciudadanos han puesto su mirada en aquellos partidos políticos que proponen una relación más justa y equilibrada entre el mercado y la necesidad de solidaridad social.

La IS acoge con satisfacción estos esfuerzos por lograr una economía de mercado social en Europa Central y Oriental.

Esto explica por qué en muchos países de Europa Central y Oriental los partidos que se declararon explícitamente socialdemócratas han ganado elecciones en años recientes.

La gran mayoría de los ciudadanos de estos países no añoran la política de opresión y la monotonía de la vida diaria bajo los regímenes comunistas. Por el contrario, esos resultados electorales demuestran que hay un trasfondo de protesta contra las desigualdades económicas y políticas del mercado libre no reguladas, y contra aquéllos que alimentaron la ilusión de que el mercado resolvería todas las contradicciones inherentes a la transición.

3. Las recientes elecciones en Rusia han significado un importante paso adelante en la consolidación de la democracia y en el establecimiento del pluralismo político. Sin embargo, esto no debe hacernos olvidar que todavía existen enormes problemas y crecientes dificultades.

La transición hacia una economía de mercado en Rusia ha seguido estando marcada por una inversión externa insuficiente y por confusión e incertidumbre en la política general. Sin embargo, existen signos de recuperación en términos de la productividad de la economía. Pero esto continúa teniendo lugar en un contexto de incertidumbre generalizada, caracterizado por una ausencia de reglas claras, por el asalto de la especulación, por el crecimiento de la economía subterránea y, sobre todo, por el crecimiento de desigualdades sociales extremadamente agudas.

En la Rusia de hoy en día hay un peligro principal. Mientras que en Europa Central la opinión pública se ha visto defraudada por las desigualdades causadas por el mercado y, consecuentemente, han girado a la izquierda, en Rusia se corre el riesgo de que siga a aquéllos cuyos programas autoritarios no son capaces de canalizar esta protesta generalizada hacia una dinámica democrática que sea a la vez reformista y modernizadora. Obviamente, este peligro es inquietante tanto para la democracia rusa como para el futuro de Europa y del mundo.

En la era post bipolar, Rusia todavía juega un papel decisivo en el desarrollo de políticas de cooperación y desarrollo. Europa y el mundo tienen un interés fundamental de que en Rusia, y en otros países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la transición hacia unas instituciones democráticas, la consolidación de la primacía de la ley y la estabilización de una economía de mercado no se detengan. Todos necesitamos que Rusia se integre plenamente a las instituciones paneuropeas.

Esto requiere una acción más incisiva de la Unión Europea, de las instituciones internacionales y de países industrializados a título individual para conseguir una más eficiente movilización de los recursos humanos y empresariales y de los medios financieros necesarios para apoyar la transformación económica de Rusia, Ucrania y los demás Estados de la CEI.

Un importante aspecto de este compromiso es el apoyo financiero y tecnológico para la reconversión del aparato militar e industrial, favoreciendo de esta manera al desarrollo de la producción civil dirigida a la reconstrucción de la infraestructura básica y a satisfacer la demanda interna de consumo. La continua crisis Chechena ha demostrado la debilidad de las instituciones democráticas rusas, ha resultado en violaciones de los derechos humanos generalizadas y prueba que una solución militar no puede resolver la crisis. Más aún, los conflictos en otras áreas del Cáucaso muestran cuan grande es el riesgo de inestabilidad y de giro hacia el autoritarismo.

Apoyamos el fin de las acciones militares en República Chechena. Acogemos con satisfacción las últimas iniciativas de paz y creemos que ellas deben ser incrementadas para lograr una paz duradera en la región sur de la Federación Rusa.

En la situación actual, el crecimiento de fuerzas progresivas y democráticas que puedan ofrecer propuestas y programas de naturaleza democrática es de una importancia decisiva. Hay una gran necesidad de socialdemocracia en Rusia.

Las fuerzas en la Internacional Socialista deben por lo tanto comprometerse a apoyar a los grupos progresistas y a favorecer su unión, porque sólo un grupo de líderes nuevos que sean verdaderamente democráticos y progresistas pueden asegurar el establecimiento de una democracia política y económica en Rusia.

4. No podemos olvidar que la mayor contribución a la estabilidad democrática en toda la Europa Central y Oriental ha sido la positiva evolución de las reformas económicas. En esta área, el principal reto hoy en día es el de establecer un marco de normas claras y transparentes como una alternativa a un mercado no regulado donde prevalezca el laissez-faire, y que impida que las economías se vean dominadas por nuevas nomenklaturas, y que puedan contrarrestar los intentos por parte de especuladores y organizaciones criminales de influír en los poderes del Estado en interés propio.

El 'mercado' por si mismo no puede resolver problemas y conflictos. Por el contrario, es necesario desarrollar una "economía social de mercado" donde pueda establecerse el desarrollo económico y un mercado verdaderamente competitivo, mientras que al mismo tiempo se pueda garantizar para todos unas condiciones de vida respetables, seguras y equitativas. No se trata de volver a formas de estatismo que han sido ya rechazadas completamente por la opinión pública de esos países. Se trata por el contrario de combinar modernidad y solidaridad, eficiencia e igualdad. Esto es fundamental para garantizar el establecimiento de una democracia firme y madura.

Para conseguir dichos objetivos, la ayuda internacional es necesaria no sólo para suplementar los recursos del Estado, sino también para estimular el flujo de inversión privada, de la misma manera que la deuda externa de cada país debe ser renegociada tomando en cuenta las necesidades específicas de cada país.

5. La tragedia Yugoslava indica que la caída del Muro de Berlín y el final del equilibrio de poder bipolar no han resuelto por si solos los problemas de seguridad y de respeto democrático de los derechos humanos.

El fin del orden mundial bipolar ha llevado a una tensión no resuelta entre interdependencia y nacionalismo, entre fuerzas que tienden a unir y fuerzas que tienden a desintegrar, tales como las que se han mostrado en una guerra en el corazón de Europa. Más aún, lo que estamos viendo no es tanto el desmembramiento del antiguo orden, sino un proceso más complejo de 'descomposición' y 'recomposición', facetas ambas que requieren ser provistas de una salida democrática.

Queremos animar a la Unión Europea a que siga una estrategia de integración lanzando, en los seis meses siguientes al término de la Conferencia Intergubernamental, las negociaciones para la ampliación de la Unión, extendiendo el status de 'asociación' a nuevos países y estableciendo nuevos 'vínculos de cooperación' bilaterales entre la UE y los países de Europa Central y Oriental, intensificando al mismo tiempo proyectos específicos de la UE para con esos países.

La IS apoya todos los esfuerzos de integración militar y política que puedan favorecer políticas de cooperación y seguridad en la región: el fortalecimiento de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de sus mecanismos de prevención de conflictos; una partici